Una ola viene,
una ola va
y mi niño se dormirá.
Por la mañana,
con la arena jugaba,
por la tarde como no se cansaba,
tiraba y recogía la traiña.
Y al anochecer
en la barca se quedó,
y con el canto de
la luna se durmió.
Una ola viene,
una ola va,
y mi niño se dormirá.
Salió el sol
y mi niño se despertó,
de un dulce sueño
donde navegó.
Volvió a salir la luna
y pronto se durmió,
recordando la nana
del pescador.
Claudia Doncel
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