Yo le cantaba una nana
a mi hijo en la playa,
a él le gustaba
pero a mi me encantaba.
Yo le cantaba una nana
a mi hijo todas las mañanas,
él se quedaba dormido
hasta que se despertaba.
Yo le cantaba una nana
y mi hijo se alegraba,
con su mirada tierna
me decía que continuara . . .
Cristina Cortés
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